Padre de todas las misericordias,
tú has suscitado entre nosotros
tu sierva
sor María Consolata Betrone
para difundir en el mundo
el incesante amor
a tu Hijo Jesús
en el sencillo camino
de confianza y amor.
Haz que nosotros seamos también capaces,
guiados por tu Espíritu,
de ser ardientes testigos
de tu amor
y de tu inmensa bondad
y concédenos,
por mediación suya,
las gracias
que necesitamos.
Por Cristo nuestro Señor.
Amen
+ Pier Giorgio Micchiardi